Océano de tibias imprecisiones

Pensaba en tus pies mojados
y el viento desataba olas
escribiendo a dentelladas
sobre la arena saturada de la playa.

En el horizonte
las dunas que la marea transportaba
ofrecían sus enormes senos a la brisa.
Había un muelle que atardecía en tus ojos
una luz que no proyectaba sombra de duda
un brazo de mar que te tomaba del talle.

Pensaba en el empuje prescrito del agua
y en la ardua evocación de lo ocurrido.
Eras el oasis donde el mar se refugiaba
de esas formas obscenas que adopta el sol
cuando cae sin esperanza sobre los arrecifes.

Sé que hay un puerto asomando en tus muslos
un océano de tibias imprecisiones
una arena más húmeda y suave al tacto.

Pensaba en tus pies mojados
y en las olas arrastradas hasta ellos.
Yo sentía entonces el rumoroso calor
que provenía del mar y de tus piernas
y de las táctiles arenas de la playa
que no son sino mis manos.

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